viernes, 7 de junio de 2013

La mujer que quiero ser

La mujer que quiero ser no se parece mucho a la que he querido ser hasta ahora, a la que quería ser hace poco. No se parece en casi nada. Ahora soy la mujer que quise ser, pero ahora quiero ser otra. Me agota el simple pensamiento de llegar a ser esa y entonces, querer ser otra con todo lo que eso implica en cuanto a proceso de refinamiento de qué es aquello en lo que quiero convertirme, de darle sentido a la transformación que de otra manera inevitablemente ocurre sin contar conmigo. Y en mi agotamiento no tengo más opción que confiar en que sin yo meter mi mano (demasiado), voy llegando a ser la mujer que quiero ser. Es decir, confío en que el camino no es de ida, sino de vuelta, y que ya he llegado, ya estoy aquí, a cada paso, ya he llegado, ya estoy aquí, ya he llegado.

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