miércoles, 29 de mayo de 2013

Noria

Cada tanto y de nuevo, el mismo paisaje, la misma escalera en forma de caracol. La repetición medianamente diferente, los trucos del olvido, de la mente. Y en esta noria perpetua de otros giratorios, la constante soy yo, en un centro perceptiblemente desplazado a la izquierda pero aún atrapado entre los engranajes que dan vueltas. Yo y mi espejo, que me resitúa en el centro, yo y ese reflejo que es mío y que volverá disfrazado de ajeno hasta que me resuelva por dentro, hasta que me vea, hasta que me harte, hasta que me libere, hasta que, hasta que, hasta quién sabe qué.

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