miércoles, 29 de mayo de 2013

Cadena

Te digo lo que pienso de esa manera. Te digo lo que pienso de esa manera porque creo que estás ciego. Creo que estás ciego porque veo que no actúas como yo creo que deberías. Veo que no actúas como yo creo que deberías porque te juzgo. Te juzgo porque creo que tener la razón es importante. Creo que tener la razón es importante porque tengo miedo. ¿Miedo a qué? Miedo a no entender, miedo a estar perdida, miedo al vacío, miedo al miedo. Tengo miedo porque no confío. No confío porque no acepto. No acepto porque no tengo amor. No tengo amor porque no sé que lo tengo. No sé que tengo amor porque soy ignorante. Soy ignorante porque soy ignorante, porque soy humana, porque soy. No sé por qué soy, pero soy. Hay una parte de mí que no duda que soy. Esa parte de mí no es ignorante, ergo puede tener amor, ergo puede confiar, ergo puede aceptar, ergo puede ser valiente, ergo puede no tener la razón, ergo puede no juzgar, ergo puede ver, ergo...

Paradoja

Paradoja relacional: ¿Cómo, sabiendo que es tuyo, resolver el rompecabezas pidiendo a otro las fichas? ¿Cómo, en consciencia de que es también suyo, resolverlo sin pedírselas?

Noria

Cada tanto y de nuevo, el mismo paisaje, la misma escalera en forma de caracol. La repetición medianamente diferente, los trucos del olvido, de la mente. Y en esta noria perpetua de otros giratorios, la constante soy yo, en un centro perceptiblemente desplazado a la izquierda pero aún atrapado entre los engranajes que dan vueltas. Yo y mi espejo, que me resitúa en el centro, yo y ese reflejo que es mío y que volverá disfrazado de ajeno hasta que me resuelva por dentro, hasta que me vea, hasta que me harte, hasta que me libere, hasta que, hasta que, hasta quién sabe qué.

lunes, 27 de mayo de 2013

Recordatorio

Es mi ego, es mi ego, es mi ego el responsable de este sufrimiento, de todo sufrimiento. Ser una buena mujer, ser una buena persona, no me hace desmerecedora de este dolor. Mientras tenga este ego, mientras no lo suelte, seguiré sufriendo igual, porque el desarrollo moral y el desarrollo espiritual son diferentes, y del segundo me falta un trecho.

jueves, 23 de mayo de 2013

Firme

Y vino el vendaval y desplomó los templos, los edificios y las casas, entre ellas la suya. En medio de los escombros, todo lo que había tenido dentro apenas aparecía, asomaba si acaso sepultado por el polvo y los restos de la estructura que hacía tan poco contenía su vida. En la llanura desolada que era el paisaje ahora, sólo sobresalía una cosa, aún en pié: allí estaba ella misma.

Tapete

Levantaste el tapete de un tirón para que pudiéramos ver lo que había debajo. Sentí el golpe de mi carne contra el suelo: Debajo era un misterio pero encima era evidente; encima del tapete estaba yo.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Servir

Gracias a todas las personas que me dejan servirles, porque me dan la oportunidad de olvidarme de mí misma y en esa medida servirme también a mí. Ahora pienso que es sólo en esos momentos en que realmente me amo, cuando no me estoy mirando con ese ombliguismo recalcitrante, sino puedo ver al otro, estar por el otro y apartar mi dolor. Puedo allí trascenderlo y entonces ser más grande que el sufrimiento, que mis imperfecciones y mis retos. Doy gracias a la vida por permitirme servir.

lunes, 20 de mayo de 2013

Lista

Este es el top 10 de las cosas bonitas que haces y me nutren:
- Estar y mirarme sin juzgarme. Verme.
- Pedirme que te cante, te abrace, te coja, te escuche, te mire. Querer que esté para ti.
- Tenerme paciencia (cuando me demoro arreglándome, cuando demoro sanando una herida física o emocional, cuando hablo por horas, cuando te doy la charla...).
- Llamarme 'Gatita', decirme palabras de amor como 'Gracias', 'te amo' y 'Está bien'.
- Rascarme la cabeza. Acariciarme delicada o fieramente, de día o de noche cuando duermes pegado a mí.
- Bailar conmigo en la cocina.
- Sonreírme o sonreírle a la vida o al mundo.
- Decirme sí, o decirle sí a la vida o al mundo. Abrirte a cualquiera de los tres.
- Hacer (me, nos) el amor.
- Jugar conmigo.

Libertad

Si encontrara esa parte de mí en la que reside el control, la extirparía como un tumor canceroso. La quemaría, la disectaría, la tajaría en pedacitos mínimos, la aniquilaría. ¿Cómo llegó a crecer tanto, a enfermarme tanto sin que yo la viera? Mi ceguera me hace preguntarme si no soy yo misma el tumor, si no soy yo quien vive dentro del monstruo y no el monstruo el que vive dentro de mí. Aun no consigo saberlo de seguro, pero lo sabré. Encontraré la salida, en mis tripas o las suyas, y cuando lo consiga, entre la sangre y las víceras gritaré por fin ¡Libertad!.

Moscardón

Madrugada. Otra noche sin sueño ni sueños. Un moscardón regordete aparece caminando de la nada y vuela mínimamente dándose golpes secos contra la ventana. Lo tomo con un vaso y lo entrego al amanecer. Silencio, quietud, y una soledad nueva sobre la soledad que ya había. Una soledad tan grande que la torpeza de una mosca parece compañía.