miércoles, 9 de enero de 2013

Trinchera

Ahí en la zanja los soldados amigos se convirtieron en enemigos. No sé si soy cobarde o valiente por no tirar del gatillo, por dejarme cubrir por el barro hasta las cienes.No sé qué siento. Espero que pase el tiroteo, atrincherado y trémulo; aguardo mi hora, la de la salvación o el abandono. Pequeña muerte. Podrían matarme y no lo sabría. Quizá ya estoy muerto, quizá morí. Si hay algo que no dije o no hice, no lo sé. Tengo congelado el cuerpo todo completo. Y sea cual sea el órgano que procesa y que entiende, también se congeló; igual el alma, yo qué sé. Sólo sé de esta anestesia, este adormecimiento y este barro negro, estas aguas oscuras donde no existe el tiempo ni existe nadie más que yo. Quizá estoy muerto, quizá morí.

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