miércoles, 9 de enero de 2013

H&M

Tengo un vestido de H&M que compré hace años. Creí que duraría un año como mucho, porque me costó barato y todo el mundo sabe que las cosas por las que se paga poco son disfrutables por breve tiempo. Sin embargo ha durado, quizá ya 5 años, y me lo encuentro en el closet como un misterio o una contradicción cada vez, contándome de su perseverancia o de mi poca fe. Quizá el vestido ha estado triste de que yo creyera tan poco en él, pero me ha sido servicial igualmente. No sé si alguien más pueda entender de qué hablo cuando hablo de este vestido, pero a mí parecer estoy reflexionando sobre las profundidades de la naturaleza humana. Seré banal, quizá, al pensar que los intersticios de la humanidad tienen que ver con una prenda de H&M, pero el vestido me pregunta desde su gancho siempre sobre algo muy dentro mío, sobre lo que espero de las cosas, sobre mi confianza, la que tengo (o no tengo) incluso en la vida. Se puede comprar preguntas vitales en las tiendas de cadena, lo confirmo.

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