martes, 11 de septiembre de 2012

Sueños de grandeza

Me imagino iluminada, sabia, rica, famosa, experta en artes de distinta índole, bella entre las bellas. Visualizo que toco el violín, que canto como las sirenas, que hablo con labios de miel y cada palabra de mi boca es redonda y está plena. Que controlo el clima, que tengo telepatía, que le caigo bien a todo el mundo, que soy seductora, que no estoy perdida. Sueño que sé moverme en el mundo de día, que soy amantísima esposa y al mismo tiempo puta y virgen María. Que soy mujer fértil, madre del mundo, sus mares y sus peces. Que la vida me viene fácil, que me libero del yugo inconsciente y guío mis pasos por el mundo con la más exquisita sapiencia; con la compasión, la bondad, la valentía, la agudeza. Que se escriben loas en mi nombre, que mis libros se venden, que tengo fans, que soy alta, que no se me caen los dientes. Fantaseo que soy la mejor yogui, la mejor filósofa, la mejor escritora, la mejor acompañante, la mejor cocinera, la mejor durmiente y también la más despierta. Mi codicia no tiene límites, deseo sin haberme vaciado, estar llena. Así de cabrones son mis sueños de grandeza; es por eso que la realidad me pesa.

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