domingo, 5 de agosto de 2012

Neuronas

Voy olvidando cosas, se me escapan como agua en una coladera. Creo que el esfuerzo intelectual me ha quemado las neuronas. Datos de mi biografía, nombres de gente importante, de lugares conocidos. Pero no sólo eso, creo que he olvidado cómo relacionarme y que no recuerdo cómo hacer el amor. La ventaja está en que ahora puedo recuperar la memoria de mi cuerpo en otro cuerpo aprendiéndola otra vez, desde cero, con ingenuidad infantil. Si como dicen por ahí, el corazón tiene cerebro, para amar no se necesitan demasiadas neuronas. Esto es algo para agradecer a dios.

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