sábado, 16 de junio de 2012

Hilo

Hoy salí a la calle como si tuviera una madeja de hilo rojo en mis manos la cual fuera desenvolviendo con cada paso, dejando mi rastro como un gran caracol carmín. Caminé por la ciudad enredándome en ella, enzarzando mi hilo en cada lugar y cada cosa hasta quedarme plácidamente atrapada entre la inmensa red formada por todas las estructuras, los árboles y las máquinas que visité. Estoy enlazada con todo, suspendida en el tejido templado sintiendo y su exiguo vaivén. En este instante somos una sola cosa la ciudad y yo, las cosas y yo, no somos más que puntos de una urdimbre color sangre que vibra, que late, que duerme y que ríe.

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