lunes, 14 de mayo de 2012

Polen

El polen deambulando por el aire sólo se puede observar quedamente, no se puede escribir, al menos yo no puedo. No puedo escribir sobre la belleza de los copos que caen pausados como nieve cuando ya ha entrado la primavera y el sol arde sobre los prados limonados. No puedo escribir y me quedo impávida, viéndolos suspendidos y atemporales, o esperándolos venir arrastrados por un soplido a enroscarse entre mi pelo. Ya que no puedo escribir, sólo miro; miro los granos de polen iluminarse como pequeños soles despelucados, cada uno el centro de su propia galaxia expandida. En su sistema yo seré, si acaso, un asteroide remoto que en su presencia también brilla y flota.

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