viernes, 25 de mayo de 2012

Carbón

Yo fui el leño, tú la chispa. Yo yacía firme dándole base a todo cuanto hubo de fuego entre nosotros, tú saltabas intermitente desprendiéndote de las brasas y luego volviendo a ellas. Sin fuego no habría habido chispa; sin chispa no habría habido leño, sólo habría existido un simple madero. Ahora que el fuego se ha apagado y mis restos carbonados se han liberado del ardor, ya no alimento llama alguna y albergo apenas un tibio calor. Ya no soy base y descanso en la tierra, agradecida y aliviada de ya no ser ni leño ni madero, entregada de lleno a ser carbón.

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