Estaba viendo a un bailarín que decía que bailaba para encontrarse a sí mismo. Me pareció paradójico que mientras yo bailaba pensaba no en encontrarme, sino en perderme a mí misma porque al final no existe ninguna mí misma que encontrar. Una nueva paradoja vino cuando entendí que tampoco hay una mí misma que perder.
No hay comentarios:
Publicar un comentario