domingo, 16 de octubre de 2011

Vestido

Hoy me puse mi vestido rojo y me peiné bonita para ir a caminar por la playa. Tomé la bici y bajé en línea recta por Balmes y luego por vía Laietana. El sol sobre mí calentaba poco en estos días de otoño que irrumpen enfriando el viento húmedo de la ciudad. Los zapatos de verano, abiertos y descarados, iban guardando el polvo de las calles en cada semáforo y cada parada. Viéndome reflejada en las vitrinas cómo lucía bella mi vestido y pedaleaba, una soledad se me fue trepando por los pies. Se me fue tupiendo el alma y al final en el camino recogí tanto vacío que ahora, frente al mar azul, mi tristeza es salada, mugrosa y desesperada.

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