domingo, 16 de octubre de 2011
Numb
Se me duermen las manos. Escribo lentamente y apenas siento los dedos contra las teclas. Bebo sola, pero mi mente está llena de gente. En una misma noche subir a la embriaguez absoluta y luego bajar y encontrarme como una reina. Éste estado se pasará, no volverá a menos que lo alimente. Ahora toca una noche normal, una noche como todas. Quizás ir al cine. Claramente no beber más que esta botella que ya me tiene anestesiada y perdida entre las horas y las estrellas que no forman constelaciones sino grupos indescifrables e incomprensibles.
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